
Esta es la cuarta vez que me encuentro en esta ciudad, esperando con ansias que el tiempo haga su trabajo para conocer el resultado final de mis esfuerzos laborales y borrarme de aquí. Viviendo este episodio en mi vida creí conveniente recapitular cada ocasión, hacer memoria de aquellas viejas experiencias hasta estos helados y radiantes días de enero.
La primera fue en año 1994, yo tenía 10, cuando la adrenalina es más intensa que cuando se tiene 25, o al menos en mi caso. Esa primera vez fue emocionante, demasiado, desde el momento que estaba por las calles del centro de Lima de la mano con mi madre, haciendo los papeleos para el pasaporte y la posterior mugrosa visa americana. Aquella oportunidad vine a visitar parientes que ya tenían casi 4 largos años acostumbrándose a esta nueva vida. Ese fue un viaje de placer, fue lleno de ilusiones e innovaciones, cosas que solo veía en la tv o en películas, descubrí hasta ese entonces un aeropuerto gigante, aviones y autos extraordinariamente modernos, muchas áreas verdes, un clima helado y lluvioso como siempre me había gustado, muchos animales silvestres, una ciudad ordenada que en ese entonces ni si quiera nuestra "Lima cuadrada" lo era, y como algunas habitos se heredan por el sistema de vida, tire sin pena una lata vacia de "Coke Vainilla" por la cerca, por ello me gané un rochesaso, cuando, digamos lo que seria actualmente un Serenazgo en los distritos limeños, me exigió con derecho como reparación civil agacharme, tomar el obejeto de aluminio para llevarlo hasta el tacho de basura comunitario, sobretodo prometer no volverlo hacer. Despues de todo ello regrese con muchas visiones nuevas, zapatillas, ropa, dulces; toda una serie de articulos de exportacion.
En la segunda aprendí mucho, pero fue horrible. Pienso que para la mayor parte de nosotros la mejor manera de aprender es asi, cuando algo te impacta. Era marzo de 2000, apenas con 18, cuando solia ser mas delgado, rebelde e ingenuo que hoy. Sabia menos de la vida o mas bien,menos lo que significaba ganarse un sueldo mínimo 5.85 dólares la hora. Ese año también tuve una despedida triste y tierna, ya sabia que venia a trabajar por solo 6 meses, aun así solo transcurrió una semana para volverme loco por desear volver.
Ya acá vivía en casa de una tía, muy familiar o lo que quieran, pero ajena al fin de al cabo, razón extra para buscar un trabajo rápidamente porque no estaba dispuesto a soportar eso mucho tiempo.Para suerte, que si la tenia despues de todo, solo debía ganar dinero para mi pasaje, conociendo ello agregado a el colmo de mi impaciencia, tomé el primer trabajo que tuve al frente
Entonces estaba hecho, era mi primer empleo, qué bienvenida !!! : IHOP , un restaurante de comida llena de trigliceridos !, ahí la hice de "dishwacher ", pero vamos, que podía hacer ?, apenas salía de quinto de media, solo sabía leer sin respetar los signos de puntuación, y no deseaba perder esa oportunidad de conseguir el dinero para el boleto de vuelta. Cada día debi entrar a las 5 de la tarde, pero mi ritual diario comenzaba mucho antes: desayunar lo mismo casi
todos los días, salir más que de compañía, era un estorbo con una tía en su negocio,luego almorzar al paso o mas bien tragar, desvestirme, ducharme, vestirme, entrar al latín chat a las 3 de la tarde casi una hora para conversar con una ex novia, y volar hacia el trabajo enfocandome en la felicidad de cada noche a las 11 cuando era mi salida.
Al llegar me recibían con mucho por lavar, secar, acomodar, basura por mover, frío y calor que soportar, sustancias toxicas, etc. Cada uno de esos putos días solo rogaba a la virgen de La Merced que me liberara de esos meses, cada día juraba que iba a estudiar, que me sacaría la mierda leyendo, que me perdone por tirarme la pera del Británico, por hacerle la vida imposible a una profesora, ah !, obviamente por gastarme la plata de la matricula . Ya no quería tener que soportar a la gente que trabajaba conmigo, todos mayores que yo, fácil 7 años a más, toditos mexicanos. Siempre ponían una música muy extraña que empañaban con gritos escandalosos como de mercado, no sé quién les dijo que eso era agradable, no sé y tampoco quiero descubrilo. Pero como nada es para siempre el 23 de agosto de ese caluroso 2000 fue uno de los días más felices de mi vida, porque recuperé algo de mi libertad perdida, regresé para encontrarme con la gente que tanto quería y sigo queriendo, además supe ser a mi manera, muy feliz.
Para la siguiente, hace 5 años, vine a pasar unas semanas por fechas las "especiales" de Diciembre, por mi parte la navidad es una celebración para comer rico si se puede y para tener cuidado con los juegos pirotécnicos. Por supuesto, compartir con quienes lo necesitan me parece genial. Adivinaron, como no podía ser de otra manera, las despedidas tristes jamás dejaron de estar presentes en mis partidas, importó poco que solo fueran 3 semanas. Según mi viejo estaba planeado que me quedara hasta pasar la primera semana de Enero. Esas semanas fueron una autentica "M" en esencia, potencia, en materia y en colectividad, mis padres estaban peleados por asuntos que venían de tiempos más remotos; esa cena fue un pantallazo de todo lo que era evidente, y fue cuando me di cuenta que no tenia caso estar mas tiempo ahí, sabia que las demás navidades si yo volviera solo era para hacer acto de presencia y llenar la mesa, sinceramente: paso.
Si alguien alguna vez se preguntó porque estaba en el msn las ultimas 4 navidades a las 12 de la noche conectado en vez de estar con la familia (de pasadita agradezco a quienes alguna vez me dijeron que no la pase solo, que podía pasar la noche con los suyos), gracias totales de todo corazón. Aparte, no quería perderme mi campamento de fin de año, al final me salí con la mía,volví el 31 de diciembre a la 1:30 am, fui a casa, tire mis maletas, dormí 6 horas. Ya al amanecer muy temprano hice mis mochila para irme al Sur con mi novia, celebrar en campamento de playa en año nuevo. Ese día también fue genial, sin importar que en un momento tuve que caminar a las 8 de noche por la panamericana sur 1 kilometro y medio, no importa, ahora estoy a miles de kilómetros y no hay Panamericana Sur que me lleve o que me diga : sí men, es por allá, sigue de frente no más, defresa hasta chocar con un cerro de La Molina.
Ilustración:
Alfonso Vargas S. (a) Robotv.